Juguetes sexuales ¿los has usado?

-Bueno existen muchas razones para tenerlos y para crear divertidas experiencias que incluso, rescatan lo perdido.

Paula nos comenta:

Pasados los años, la relación se fue deteriorando, él ya no me tocaba con la misma intensidad como lo hacía cuando éramos novios o recién casados, llegué a pensar en el divorcio incluso quise traicionarlo, pero no me atrevía, hasta que... hasta que un día que paseaba por un mall para huir de mi ya tediosa vida matrimonial, me topé con un sex shop, este llamativo lugar me sedujo lentamente. Al principio tenía muchas dudas de entrar, pero al final pensé ¿qué puedo perder? así que fui decidida, y luego del cuarto intento, crucé la puerta de ese lugar. Dentro, había muchos artículos interesantes, sorprendentes y algunos hasta absurdos (jajaja). La joven que me atendió noto mi inexperiencia y me guió gentilmente en “mi primera vez”, me mostró cada juguete con tanto entusiasmo que me provocaba probarlos con tan solo escucharla hablar de ellos, consoladores, acostumbradores, bolas chinas, dados del amor, aceites, disfraces, látigos y esposas fueron unas de las cosas que ella me presentaba y no pude salir de aquella tienda sin comprar un par de cosas, y aunque con algo de pudor, salí de allí con la frente en alto y muy ansiosa de llegar a casa a probar mis adquisiciones.

Esa noche.

Mi esposo llegó cansado del trabajo y como ya era costumbre se tiró sobre el sofá prendió la tv y se puso a ver noticias en silencio, con cara de aburrido; me llamó un par de veces y al notar que yo no respondía alcanzó a preocuparse, pero desde el baño, de un grito, le dije -¡acá estoy! ya te llevo de cenar- lo que no dije fue que le tenía preparado.

Lo tomé por sorpresa y le vendé los ojos, el se sorprendió y preguntó -¿qué pasa?- a lo cual respondí -hoy solo déjate llevar- me pare frente a él y le quité la venda. Aún no puedo borrar la cara que puso al verme vestida de policía, con las esposas en mis manos y mi bastón de mando (un dildo muy atrevido), cambié de rol y le dije con una voz muy seductora que había cometido una infracción y debía registrarlo, sin dudarlo y sin cruzar palabra alguna, él se levantó con las manos en alto y se dió la vuelta mientras yo lo acariciaba por todo el cuerpo, y una cosa llevó a la otra, usamos esa misma noche todo lo que había comprado, en esa semana hicimos el amor todas las noches, fue como si se hubiera despertado esa pasión que hace tanto andaba dormida, jugábamos a caperucita roja y el lobo feroz, la diabla y el inocente pecador, a la empleada sexy, jugamos con los dados y hasta inventamos reglas de la nada, aceites, velas y comida no faltaron en la maratónica segunda luna de miel, y para terminar solo diré que nos convertimos en clientes fieles de aquel lugar y de aquellos juguetes eróticos que salvaron mi matrimonio del silencio y la monotonía.

-Como ven los artículos eróticos pueden ser armas contra del aburrimiento y no son sólo para consentirse a uno mismo, sino que pueden usarse en pareja y en ciertas ocasiones, como esta, se convierten en los héroes de la historia.

Saludos

Natalia M

http://www.natalymodel.blogspot.com/

Relatos eróticos

latigos y esposas